Un ente industrial de zona franca, el Grupo M, despidió más de cuatro mil de sus trabajadores, la mayoría dominicanos y el resto, unos mil, de Haití, que comparte esta isla caribeña con República Dominicana.
La medida responde a la disminución de las operaciones de la empresa debido a la baja de los pedidos de artículos textiles desde Estados Unidos, acorde con precisiones.
En las actuales condiciones haitianas, tras la devastación por el azote de cuatro ciclones en apenas semanas, la sangría es un golpe demoledor en los momentos más inconvenientes.Aunque en mejores condiciones económicas, Dominicana también sentirá el impacto, que se une a la cesantía hace una semana de más de 900 trabajadores de la planta de níquel ferroso Falconbridge en la provincia Monseñor Nouel (Norte).
La ola de cesantías es sólo el comienzo de una temporada de demonios para los empleados de zonas francas, una de las principales fuentes de captación de moneda fuerte para Dominicana junto al turismo y las remesas.
De acuerdo con dirigentes gremiales, las penurias del Grupo M se reeditan en otras fábricas similares que han despedido, o piensan hacer recortes a corto plazo, por las mismas circunstancias, especificaron dirigentes gremiales.
La misma fuente reveló que entre el año pasado y el actual han desaparecido cerca de 103 mil puestos de trabajo de zona franca, uno de los rubros en los cuales los expertos oficiales basaban el perspectivo desarrollo del país.
El impacto de las cesantías en la empresa Falconbrigde puede medirse por el interés en el caso del presidente de la República, Leonel Fernández, quien se reunió con los despedidos y les ofreció medidas para paliar su situación.
Jubilaciones tempranas, pago de deudas y búsqueda de empleos en el turismo para los más jóvenes, entre otras alternativas, fueron prometidas por el mandatario, que en agosto pasado inició un segundo mandato consecutivo.
El único consuelo para Fernández en el resto de su gestión hasta el 2012 es pobre, pues las inversiones extranjeras actuales ocurren en la industria del turismo, próxima víctima anunciada de la crisis global.
Los despidos masivos muestran tendencia a aumentar, al compás de la siniestra sinfonía de la crisis global, de la cual el pronóstico más optimista es que empeorará antes de mejorar.El más pesimista: nadie vislumbra la luz al final del túnel.
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