Desde hace 15 años la universidad ha estado dirigida por dos sectores que han impulsado ciertos avances institucionales pero la han sumido en una lucha rancia que viene desde que los principales líderes de las facciones formaron parte del movimiento estudiantil en los años setenta.
Estos grupos que tanto le han aportado a la UASD también la han sumido en un atraso del cual algunos sectores extrauniversitarios se atreven a asegurar que si no se saca del mismo en unos 20 años, la academia podría estar condenada a desaparecer, y con ella, la única opción de los más pobres de lograr un titulación universitaria.
En las últimas cinco gestiones universitarias hemos tenido reformas de las cuales algunos académicos se sienten logrados, ya que quedó en manos de los docentes de la institución la elección de sus autoridades. Sin embargo, luego de ese proceso de reformas hemos tenido como rectores a personas sumamente egocéntricas que se creen y actúan como semidioses olvidándose de lo efímero de la posición que desempeñan. Estos mismos personajes que dentro de sus respectivas áreas del saber son excelentes, así en alcanzar reales logros en beneficio de los universitarios y de la institucionalización de la academia la cual está enmudecida y sin mejorar en el ámbito docente que es su razón de ser.
En el campo institucional muchas de las actuaciones de quienes han regido la UASD no han estado a la altura de magnificencia de la posición que desempeñaban.
En pocos días los honorables miembros del claustro elector tendrán la responsabilidad histórica de, con su voto, seleccionar y elegir entre los grupos que por años han estado dirigiendo la universidad de forma alternada, y aquellos que por "negociaciones" han sido cortesanos de ambos sectores y una mujer que, aunque ha sido parte de la dirección de la academia en ambos grupos, siempre ha mantenido su plena independencia y su voz en defensa de los mejores intereses de la institución y sus servidores. Una mujer que se destaca por su alto grado en el manejo del discurso docente y la problemática universitaria. Una Mujer que, aún siendo parte de las autoridades, ha sabido fijar posiciones y no esconderse ante el asomo del conflicto por el temor de perder un voto. Una mujer que ha sido mediadora, consejera y digna representante de la comunidad académica uasdiana en todos los foros que le ha correspondido representarla.
En pocas horas, nosotros, los docentes de la UASD, tendremos la irrepetible oportunidad de elegir a una mujer que ha sabido buscar el respaldo del profesorado pueblo por pueblo, casa por casa, aula por aula, maestro por maestro, dándole la cara y explicándole a cada uno su propuesta a ejecutar de llegar a la rectaría de la más antigua academia del nuevo mundo.
Clara Benedicto ha sabido darle el frente a cada profesor, hablarle, presentarle su proyecto, recibir su apoyo o su rechazo, pero siempre se ha mantenido como una hermana, hija de nuestra Alma Máter y parte de la familia universitaria.
Clara Benedicto, como dice Facundo Acosta: "no se inmuta mucho con los afanes de alianza. Es una candidata valiente y exitosa, la historia indica que Clara espera siempre el final para fijar su posición y le ha dado resultado". Clara ha apostado más que al apoyo político, a la solidaridad del voto de aquellos que no se dejan atar por las decisiones extrauniversitarias.
Clara Benedicto como autoridad ha sabido fijar posiciones sin olvidarse del profesorado y sin tener que asumir un rol de sindicalismo cuando sus responsabilidades fueron la de plantear soluciones y dar la cara ante los problemas que afectaban a la universidad en su momento.
Clara Benedicto ha sabido estar del lado del profesorado y buscando su apoyo no el de extrauniversitarios que ven en la UASD un trofeo para mostrar como victorias en el campo electoral nacional. Si Clara gana, gana la UASD y los integrantes de la familia universitaria. Si gana otro sector el éxito no será más que un galardón que presentarle a quienes desde el exterior pretenden imponer el estilo gremial y pandillero que se vive fuera de la universidad.
